Hola, hoy quiero compartir con todos una reflexión sobre el gran cambio que he experimentado este último año de mi vida.
Hola, hoy quiero compartir con todos una reflexión sobre el gran cambio que he experimentado este último año de mi vida.
Imagino que al igual que a todos vosotros, este año ha sido muy importante, he vivido grandes cambios a nivel personal, profesional y familiar.
“De la noche a la mañana, todo lo que había construido con tanto esfuerzo se derrumbo”.
Al principio creía que era algo pasajero y que todo volvería a ser como antes, por lo que no me preocupe en exceso, pero poco a poco fui tomando conciencia de que nada iba a ser como antes y que tenía que volver a empezar desde cero.
El trabajo ya no lo podía llevar a cabo de la misma manera, ni las relaciones con mis seres queridos, sin besos ni abrazos, la forma de vida…
Todo habia cambiado y solo tenía dos caminos o alternativas: una, la aceptación y adaptación a la nueva etapa en mi vida, o dos, quedarme anclada en la queja, la incertidumbre y el miedo.
Aunque paralizada, no os lo voy a negar, no daba crédito a que esa era mi situación a la cual me intenté revelar porque pensaba que no era justo lo que me estaba pasando.
Sentí miedo, pensé que no sería capaz de adaptarme a tanto cambio como el uso de las nuevas tecnologías, dado que suponía un aprendizaje desde cero para conseguir re inventarme y ese miedo que recorría toda mi persona, me impedía ver el camino por el que debía empezar.
Por suerte, ese proceso no duró mucho tiempo, tuve la suerte de estar en contacto con personas en mi misma situación, y que juntas apostamos por seguir adelante,
Comenzando desde nuestro interior, trabajando la aceptación, la confianza en nosotros mismos y refugíandonos en la fé de que todo iba a cambiar a mejor,continuamos cada día centrandonos en nuestras fortalezas y en lo que sí podemos hacer para mejorar.
Ha sido un año de muchos cambios, de soltar hábitos y creencias que me hacían sentir segura y cómoda; de instalar nuevos pensamientos y crear nuevos proyectos; de aprender a desaprender lo que ya no me servía y volver a emprender de nuevo desde la realidad que se nos ha planteado, decidiendo poner el foco en lo que sí puedo hacer en vez de en la queja y el victimismo.
He vuelto a ponerme mis mejores galas para afrontar la situacion que ahora vivo.
Yo he decido enfocarme en el agradecimiento, en dar gracias por algo cada día.
Doy las gracias todos los días:
porque sale el sol, porque puedo estar con mi familia, porque cada mañana me permite seguir disfrutando las personas que me rodean y de las maravillosas personas que he conocido a través de las redes. porque todos los días puedo respirar, porque todos los días cuento con lo imprescible para vivir, para seguir adelante y eso es suficiente para dibujar una sonrisa en mi cara.
Esa decidión me ayuda y a quienes lean estás líneas, también me gustaría enviarles el mensaje de que se enfoquen en lo positivo que tengan en primer lugar dentro de vosotros mismos, y despues a su alrededor.
Porque solamente depende de nosotros, afrontar la situación con una sonrisa, porque nada cambiará si nosotros no cambiamos.
En mi caso, soy yo la que tengo que ponerme las gafas con cristales de bonitos colores para poder percibir el mundo de manera más agradable. Soy yo la que tengo que cambiar, soy yo la que decide como quiero ver el mundo y en que me quiero enfocar todos los días.
Una de las frases que me ayuda es que “nada es eterno, que lo único que permanece es el cambio”, y que si vamos a transitar esta etapa, es mejor hacerlo día a día, poniendo atención y disfrutando de lo que sí tenemos para seguir avanzando, en vez de llorar y lamentarse por lo que no volverá.
Y ahora te dejo esta pregunta:
¿Aceptas la realidad, pones la atención, tu energía y disfrutas de lo que tienes para avanzar o estas en el victimismo esperando que vuelva lo que ya pasó?